La actividad desarrollada por arrieros y ganaderos en la precordillera de la Región de O’Higgins, según censos agropecuarios e información proporcionada por las personas que desarrollan esta actividad ganadera de montaña, ha disminuido sustancialmente respecto de años anteriores. Esto podría ser consecuencia de varios factores.
Dada la menor disponibilidad de recursos hídricos, existe una menor disponibilidad de alimento para el ganado en la cordillera, lo que genera sobrepastoreo, amenazando la existencia del ecosistema cordillerano y limitando su resiliencia.
La menor rentabilidad de estas actividades en un mercado regional que ha aumentado debido a los patrones de consumo urbano.
La falta de un modelo de gobernanza en un territorio caracterizado por una amplia interrelación entre los diferentes actores del territorio. La vigilancia y monitoreo del ecosistema de montaña no será posible sin la construcción de nuevas reglas de juego y la construcción de confianzas entre los distintos actores que pertenecen y participan del territorio.
Sin embargo, las iniciativas de desarrollo territorial en Chile generalmente tienen un fuerte componente sectorial, lo que suele requerir un mayor esfuerzo en los mecanismos de integración de las políticas públicas.
En términos más generales, no ha existido un proceso de adaptación al cambio climático en la precordillera en la región de O’Higgins, lo que amenaza no sólo la actividad ganadera como sustento de familias enteras, sino también la actividad cultural tradicional de las comunidades de arrieros, que es parte del patrimonio e identidad de la región, y que representaría una oportunidad de desarrollo, tal como ha sido definida por la Región de O’Higgins en sus Estrategias de Desarrollo Regional.
Por otra parte, existe un creciente interés a nivel mundial por un tipo de turismo más respetuoso con el entorno natural y las poblaciones locales. Esta nueva demanda ofrece nuevas oportunidades a la Región de O’Higgins. Sin embargo, es necesario reorientar su sector/industria turística, que es irregular en el territorio. Hay destinos consolidados y emergentes, pero en el sector altoandino, en general, falta una oferta consistente, que se ha visto afectada por la discontinuidad, la falta de investigación, capacitación y compromiso de las autoridades para poner en valor sus atractivos, innovar y atraer inversionistas para desarrollar infraestructura y servicios de calidad.
En el territorio existen alrededor de 10 empresas formalizadas o en proceso de formalización que prestan el servicio turístico de cabalgatas al sector andino en la región de O’Higgins. Pero aún no se han realizado esfuerzos específicos para medir la demanda a través de encuestas de satisfacción de clientes.
En términos más generales, el destino carece de una narrativa, y el sector sufre de escasez de prestadores, deficiente transporte, falta de articulación público-privada, demanda regional, interregional y extranjera según producto, y sobre todo, el capital humano es el que presenta una de las mayores brechas, así como la inexistencia de planes estratégicos.
También se requiere un mayor intercambio de experiencias regionales, nacionales y extranjeras para crear sinergias y posicionarse como una red. Pero la falta de información estadística sobre visitantes, procedencia, nivel de gasto y otros consumos turísticos relacionados en el territorio, limita la posibilidad de conocer mejor el funcionamiento del mercado turístico a escala local, pensando en avanzar en el diseño de medidas de adaptación.